Ubicada en el exclusivo enclave de José Ignacio, esta chacra es una celebración de la naturaleza donde el agua se convierte en la protagonista principal, desde el momento en que se cruza la entrada. Diseñada para ofrecer una experiencia inolvidable, combina paisajes excepcionales, diseño cuidadoso y un entorno natural inigualable.
Dos imponentes espejos de agua reciben a los visitantes, invitándolos a explorar sus orillas y a disfrutar de una atmósfera de serenidad. En una de las costas, un acogedor fogón se convierte en el punto ideal para largas tardes compartidas al calor de los atardeceres. Una pérgola cercana brinda sombra y frescura en días soleados, mientras que plataformas de madera suspendidas se extienden sobre uno de los lagos, creando un contacto íntimo con el agua y jugando con sus reflejos.
Los lagos están rodeados por piedras de distintas granulometrías, que delinean sus contornos y se transforman en un serpenteante curso de agua que recorre todo el predio. Este flujo constante se acompaña de masas de pastos ornamentales y herbáceas de floración abundante, generando una estética silvestre y natural. La biodiversidad es una de las joyas de esta chacra, con gran cantidad de aves nativas, insectos y otros animales que han hecho de este lugar su hogar.
El entorno ofrece amaneceres inolvidables, cielos despejados y un ambiente donde el silencio solo es interrumpido por el murmullo del agua en movimiento. La flora y fauna nativa se han integrado de manera armoniosa en un diseño que respeta la identidad del lugar, creando un espacio donde la contemplación y la conexión con la naturaleza son la esencia.
Un refugio único en José Ignacio, ideal para quienes buscan un equilibrio perfecto entre exclusividad, tranquilidad y la magia de un entorno natural cuidadosamente preservado.
